Nadie sabe exactamente en qué momento las conciencias de personas comenzaron a almacenarse, pero sabemos que fueron inteligencias artificiales quienes lo hicieron. Lo humano después es una experiencia (extra)corporal en un futuro distópico construido a partir de referencias de ciencia ficción. A partir de estudios de propiocepción, el proyecto se construye para el cuerpo, utilizando distintos sensores se da al usuario la sensación de habitar un cuerpo robótico en un espacio controlado por la computadora y restructurado para cada usuario. En el espacio ficticio de una azotea, dicha inteligencia artifcial provee de distintos objetos y personajes al espacio para que interactúen con el usuario y modifiquen su cuerpo y la percepció del mismo. El proyecto evidencia la fragilidad de la mente ante los estímulos visuales y sonoros y procura reflexionar en torno a sus posibles usos y sus afectaciones en la percepción de lo humano.
Lo Humano Después
